La pesca del lucio se practica durante todo el año. En los meses de invierno, cuando la veda de la trucha permanece cerrada, son muchos los aficionados que centran su afición en este voraz depredador, pero es al final de la primavera y en el verano, cuando ha finalizado su ciclo reproductivo y necesita reponer peso, cuando cobra mayor actividad. En León, además d e todas las aguas no declaradas trucheras, se pueden pescar lucios en los cursos bajos del Esla y del Órbigo, en la zona baja del Tuerto y en el balsón de Santa Marina, por debajo del coto de Sardonedo. Hace algunos años resultaba sencillo conseguir grandes ejemplares, pues la abundancia de lucios era espectacular. En la actualidad la densidad ha bajado considerablemente hasta el punto de que, en esta temporada, los pescadores se quejan de la escasez de lucios en muchos de estos tramos.

Durante el invierno, cuando la temperatura del agua baja considerablemente, el lucio pierde actividad. Tampoco sus presas habituales abundan en esta época. En los días soleados y con fuertes heladas nocturnas suelen mostrarse mas activos con la caída de la tarde, un poco antes de la puesta del sol, pues al oscurecer `pierden de nuevo la actividad. En los días nublados o lluviosos son más fáciles de conseguir los grandes ejemplares. Las hembras, mucho mayores que los machos, se están reponiendo ahora de la reproducción que se produjo a finales de marzo, con un cierto retraso sobre el pasado año. La posibili dad de conseguir grandes ejemplares mueve a los aficionados a pescar lucios en esta época. Para conseguir un gran lucio, dado que no se permite la pesca con pez vivo, es preciso utilizar señuelos de buen tamaño y que profundicen bien, ya que este año apenas ha hecho calor las aguas más templadas son las mas profundas. Debe trabajarse con pequeños tirones que imiten a un pez herido o enfermo, batiendo cuidadosamente todas las zonas, pues no acostumbran a lanzar un ataque lejano. A medida que caliente el agua es posible conseguir que ataque en superficie. La disposición de sus ojos en la parte superior de la cabeza le permite avistar las posibles presas, alburnos, ranas e incluso ratas de agua y pequeños patos, que nadan próximos o en la misma lámina del agua. Son los ataques mas emocionantes y que permiten capturar a los mayores ejemplares. Además de to da clase de peces y anfibios el lucio consume gran cantidad de cangrejos. En contra de lo que pueda parecer el lucio falla muchos ataques, especialmente a medida que aumenta su peso y tamaño. Tras capturar una gran presa puede permanecer varios días inactivo mientras la digiere. La temperatura del agua influye decisivamente en la velocidad con que se realiza el proceso digestivo, por lo que los meses de junio y julio son mas activos. En agosto, cuando la temperatura del agua supere los 22 grados, perderá de nuevo actividad, concentrando ésta en las horas matinales y últimas de la tarde.